El llamado síndrome de Estocolmo, es una rara respuesta psicológica ante el peligro que representa una situación de cautiverio forzado, pocas cosas en el mundo pueden resultan tan aterradoras como una experiencia de secuestro, estamos familiarizados con esta palabra al escucharla continuamente en las noticias, sin embargo las personas que pasan por algo así, suelen tener profundas secuelas psicológicas, las cuales suelen tardar incluso años en mitigarse, sin embargo imaginas que alguien que viva una experiencia así, ¿pueda ser capaz de sentir empatía por su captor o incluso llegar al grado de despertar sentimientos de cariño hacia él o ellos?, suena como una locura ¿no?, lo más lógico sería sentir un gran desprecio, miedo, aversión, odio, rabia y un sinfín de emociones negativas hacia quienes deliberadamente trataron de hacerte daño, y sin embargo a veces sucede lo contrario, es ahí cuando nos encontramos con el síndrome de Estocolmo, del cual a continuación hablaremos de su origen.